ÉTICA O MORAL: LA CUESTIÓN DEL NOMBRE
Araceli Jara
Cotrina
Según la GER, Ética deriva del
término griego ethos[1] que significa
“costumbre” “modo habitual de obrar”; y el término Moral proviene de la expresión latina moralis,
que derivaba de mos (en plural mores) y significaba costumbre.
Con la palabra moralis, los romanos
recogían el sentido griego de êthos (las
costumbres también se alcanzan a partir de una repetición de actos).
Así, en la etimología, hay poca diferencia entre
ética y moral; una y otra hacen referencia a una realidad parecida. Es por ello, que algunas veces ética se
utiliza como sinónimo de lo moral, a veces connotando más dimensiones
religiosas como por ejemplo filosofía moral o ética cristiana.
La ética es parte de la filosofía, por eso se le llama moral
filosófica o moral natural. Considera
concepciones de fondo, principios, normas
y valores que orientan a personas y sociedades. Una persona es ética cuando
se orienta por principios y convicciones universales u objetivas. La
moral forma parte de la vida
concreta. Trata de la práctica real de las personas que se expresan por
costumbres, hábitos y valores
aceptados.
“La Ética como sustantivo
se reserva para la ciencia que se refiere al estudio filosófico de la acción y
conducta humana considerada en su conformidad o disconformidad con la recta
razón”[2]. La noción de moralidad responde a un conocimiento y
convicción espontáneos de la diferencia objetiva entre el bien y el mal, y de
la posibilidad del hombre de elegir entre ambos. La moralidad es una dimensión propia del obrar de criatura racional
y libre, que resulta de su ordenación al fin último que Dios mismo a impuesto a
toda la creación y que el hombre es capaz de conocer y moverse por sí mismo a
alcanzar. Y por ello, se puede decir que la ética estudia lo moral; y aunque son distinguibles, las dos se complementan.
Otra
distinción de estos términos, nos lo da Rodríguez Lozano en un libro titulado
“ética”, en el cual, expresa que ética es
la ciencia que estudia el “cómo debe ser” de la persona humana y ello se
expresa mediante el lenguaje prescriptivo (que prescribe o recomienda) y
valorativo que es el que conduce a evaluar una conducta de acuerdo con unos
criterios. La aplicación - de estos criterios - se efectuara como norma,
obligación o llamado de conciencia (lenguaje prescriptivo). De
esta manera según el autor la moral es referida a la conducta del hombre que
obedece a unos criterios valorativos a cerca del bien y del mal; y la ética
estudia la reflexión de tales criterios, así como todo lo referente a la
moralidad.
Pero
cuando hablamos de ética filosófica y moral o ética cristiana aquí si cabe hacer
distinción: porque cada una tiene un método y fin al que se dirigen.
Ciencia
|
Método
|
Fin
|
Ética Filosófica
|
razón
|
La felicidad o perfección del hombre en su existencia terrena.
|
Ética cristiana
|
Razón y fe (argumenta a
partir de datos que le ofrece la revelación, especialmente la vida y
enseñanza de Jesús)
|
La felicidad o perfección sobrenatural y ésta se encuentra
en Dios
|
Sin
embargo Miguel Giusti[3] nos
habla de estos términos como una disputa filosófica, cuyas consecuencias las
vivimos hoy.
Giusti
define a la ética como una disciplina filosófica, que se ocupa del “deber ser”,
que procura brindar pautas normativas para la acción. Se diferencia de otras
ciencias (derecho, economía, psicología, etc.) en que ella tematiza valores universales, mientras que las
otras ciencias se resisten a interferir en enunciados valorativos.
Desde
sus inicios la filosofía ha considerado al problema ético (problema del bien,
de la vida buena o de la felicidad) como una de sus preocupaciones centrales;
pero este problema se agudiza en la edad moderna con el programa de la
ilustración. Es en la modernidad, donde se utiliza el término “moralidad”
para designar la fundamentación moderna de la ética. Y el término
“eticidad” para referirse al modelo aristotélico.
Así
pues si se quiere hablar de diferencia
entre ética y moral, se puede decir que es
fundamentalmente histórica, ya que en
la etimología son sinónimas, una y otra en cuanto disciplinas filosóficas,
se proponen brindar una fundamentación racional de dichas costumbres.
Ante
el problema suscitado en la modernidad cabe preguntarse lo siguiente: ¿porqué
en la época moderna ya no se habla de ética si no de moral? En la época
moderna, como consecuencia del programa de la autofundamentación de la razón, aparece un pluralismo ético; y en
este contexto muchos conceptos cambiaron de significado, ya no significan lo
que significaban antes. De ahí que en la modernidad ya no se utilice el término
ética (que tiene una estructura teleológica = estudio de los fines) y se cambie
por moralidad (que hace referencia a la moralidad de los actos humanos,
teniendo como punto de partida la autosuficiencia de la razón), es por ello que
estos términos siempre van ha ser excluyentes (diferentes) desde el punto de
vista histórico (diferencia histórica, referida en párrafos anteriores).
De
igual manera sucede con los términos “valores” y “virtudes”, actualmente o se
habla de “ética de valores” o de “ética de virtudes”, pero de ningún modo
“ética de valores y virtudes”. El término valores esta reservado para los que
se consideran modernos (ámbito público) y el término virtudes reservado sólo
para los conservadores o tradicionalistas (ámbito privado).